Cada día es diferente el lugar donde me encuentro de donde salgo para llegar a la U. algunas veces, hago uso de mi GPS humano (le llamo a alguien que me diga el camino) para no perderme y llegar a tiempo. Por lo regular, son casi las cinco de la tarde y el tráfico en la ciudad comienza a hacerse más pesado. Nunca faltan los baches que se me atraviesan en el camino.
A pesar de la tensión del tráfico, el radio nuevo que le compré a mi pildorito (así le digo a mi carro) me da felicidad, además de música relajante.
Cuando voy manejando a la U, mi teléfono suena mil veces, y procuro no contestar para no perder la concentración y provocar un accidente.
La intensa cola del redondel para entrar al estacionamiento me pone bastante nerviosa, aunque me da tiempo de buscar mi billetera donde cargo el carné y muchas veces me toca quedarme en la parte más lejana. Eso significa caminar más y emplear más tiempo para llegar a clases.
Ana Lucia Quiñonez
2014009
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