Luego de haber verificado que la ropa este seca la chapina rápidamente se mueve a la cocina y empieza a preparar los distintos platillos que la familia gusta comer por las mañanas. Y es que los chapines tienen gustos distintos y además prefieren la comida a diferentes temperaturas, la pobre chapina tiene que hacer malabares para tener el MOSH al dente para algunos y casi congelado para otros. Mientras va cocinando también va empacando el almuerzo para todos los familiares, para esto utiliza bolsas plásticas de distintos colores, no se sabe de dónde salen tantos colores pero ella siempre tendrá una bolsa aunque sea con el logotipo del alguna cadena de supermercados.
Poco a poco todos van despertando, y la chapina es la encargada de la logística y de que nadie se tarde más en el baño; si alguien se toma más tiempo con un contundente berrido es apresurado y amedrentador. En ese preciso momento y mientras le sigue echando un ojo a la comida se desata una batalla digna de mercado, entre gritos de “Apúrate mierda!”, “Ya vamos tarde”; se decide por abrumador “YA SHO PATOJOS APURENSEN”.
Mientras la familia llega corriendo y terminando de hacer otras actividades (Planchándose el pelo, haciendo tareas, rasurándose; la chapina termina de preparar el desayuno, sirve la mesa y rápidamente lanza un alarido “¡VENGAN A COMER!” y así terminan de llegar todos los que hacían falta –chucho incluido- todos se sientan en la mesa y empiezan a comer como que no existiese el mañana. La chapina mientras tanto no ha provado bocado, pero ella tiene que tener todas las demás cosas que necesitan listas, sale corriendo a la tienda a comprar las refacciones de los niños - no abren hasta tarde- y “pega una carrera” de regreso.
Logra llegar a tiempo para ver como todos dejan la mesa echa un autentico desastre y entonces le toca entregar los suéteres y zapatos que previamente había colocado detrás de la refri. Para colmo el marido le pide que le caliente el carro para que no se vaya a quedar, ella arranca el carro mientras le pasan mil ideas de fuga por la cabeza. Entra corriendo logra despedir a los niños antes de subirse al carro y al marido ya solo le mira la sombra al momento en el que todos salen corriendo al carro.
La chapina ahora se queda sola en casa, sintoniza galaxia la picosa y se encomienda al colocho para que el carro de la promoción pase por su barrio.
Por: Diego Rosito
No hay comentarios:
Publicar un comentario