viernes, 3 de septiembre de 2010

MI CASA por Andrea Gutierrez

En las profundidades de San Cristóbal y en la lejanía de muchos de mis amigos, se encuentra mi querida casa. Muchas veces me he quejado de ella por lo lejos que queda, por los malos vecinos que poco a poco han ocupado las casas a nuestro alrededor, por el trafico INSOPORTABLE que me toca hacer cuando no salgo temprano y sobre todo por la bendita humedad que en época de invierno me tortura y hace que cada una de mis alergias me ataquen y no me dejen vivir en paz, pero aun así es mi casa y le guardo mucho cariño. Toda mi vida he vivido aquí, jamás me he cambiado de casa y jamás creo que lo hare.
Para llegar a ella muchos se quejan de lo “lejos” que esta y del trafico horrible que se hace cuando uno trata de entrar a San Cris, para mi es algo totalmente natural, yo ya me acostumbre al tráfico y lo prefiero mil veces que el de otros lugares.
La garita de mi casa está medio construida a la par de un predio de carros, digo medio construida porque fue hecha a la carrera y aun le faltan algunos arreglos para que quede bien que nunca se los van a hacer. El guardián va variando, esto dependen del día, pero todos los reciben a uno con una gran sonrisa de oreja a oreja. De la garita se camina un poco hacia adentro y se cruza la primera cuadra a la derecha, se baja una cuadra mientras se pueden admirar los distintos estilos de casas que existen en mi colonia, cada una con un estilo distinto. Finalmente se llega a la mía, portones color café y paredes color zapote que mi mamá muy cuidadosamente escogió. Al entrar por cualquiera de los portones se encuentran dos perritos juguetones que moviendo rápidamente sus colas de un lado a otro lo reciben a uno. Un aroma a pipi de cachorros invade el garaje y rápidamente llega a la nariz de cualquiera que entre, es por eso que mi mamá los limpia con cloro diariamente para evitar que las visitas se incomoden. La sala está completamente decorada de acuerdo el gusto de mi mamá, así que las velas aromáticas abundan y en un estante de la sala se pueden admirar unas muñequitas de porcelana que son parte de su colección. Cerca de la sala se encuentran la cocina, el comedor y por atrás se está la lavandería. Lo que más llama la atención del comedor es la mesa que está ligeramente quemada por el mal uso de una candela por parte de mi hermana.
Pasando por un pequeño pasillo se encuentran los tres cuartos, el cuarto principal que es de mis papas, el cuarto de mi hermana, y el mío. El cuarto de mi hermana y el mío se caracteriza por estar pintado de color lila y rosado, estos colores nunca fueron de mi elección pero así han estado pintados desde hace mucho tiempo. En mi cama abundan los peluches y un escritorio esta estratégicamente posicionado para contribuir con mi desorden. De mi closet prefiero no hablar ya que es exactamente la misma historia, mi desorden lo invade día a día y no logro mantenerlo ordenado por más que lo intente.
En el patio trasero aun están los columpios que use desde muy chiquita, donde las travesuras nunca faltaron. En el momento se encuentran oxidados pero por el cariño que les guardamos nos oponemos rotundamente a que los quiten.
Mi casa no es tan grande ni pequeña pero en ella he vivido los mejores momentos de mi vida; si tan solo las paredes pudieran hablar!!!
Mi casa definitivamente lo ha visto todo, desde las peleas, las lagrimas que en secreto han sido derramadas, hasta los momentos más felices que nunca se olvidaran.

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