domingo, 8 de agosto de 2010

Mi Casa - Diego Rosito

Mi casa no es cualquier otra casa, aparte de que es mi casa, es una casa de condominio dentro de una colonia. Es fácil imaginar como al ser una vivienda agrupada con otras todas vayan a ser iguales, y en efecto hay catorce conjuntos de ventanas, puertas y block; que se distribuyen de manera similar.

Comencemos con la fachada, 4 ventanas frontales rodean una puerta de metal/madera, de esas blancas que se hicieron muy populares a partir del año 2000. Se puede decir que son populares porque casi cualquier casa construida en esa época tiene alguna puerta en ese estilo. La forma del frente es extraña y ambigua… vista desde el cielo seria como un tridente, las paredes laterales sobresalen en relación a la pared de enfrente, mientras que en medio se puede encontrar una suerte de compartimiento donde se ubica el baño y los placards en la segunda planta. Cabe resaltar el numeral 5 y el color Zapote que encierra las habitaciones.

Para llegar a la puerta hay que subir unas gradas, antes se debe pasar frente a un poste de tendido eléctrico que se posa como un gigante frente los cristales de los ventanales de la izquierda (viendo la casa desde el frente). Al abrir la puerta sonaran las campanas que están colgadas de una chapa entre dorada y cobriza.

Justo a la par de la puerta está la sala, de color café y compuesta por una serie de sillones modulares, de esos que son fáciles de utilizar en las reuniones familiares. En el centro de la sale hay un cofre al estilo de esos que venden en la orilla del camino cuando uno viene regresando de Antigua Guatemala. Parándose al margen del marco de la puerta enfrente un armario antiguo que tiene una pata quebrada, razón por la cual lo sostiene un ladrillo marrón. Dentro de ese armario se encuentran todos los juegos de mesa de la familia, mientras que en la parte superior se posa la victrola antigua, es decir el iPod de finales de S. XIX.

Al pasar frente a la sala y seguir recto de encuentran las gradas, extrañamente luego de subir una sola grada encontramos un descanso –el único que tienen las gradas – se siguen subiendo las gradas de piso de granito acompañadas del lado derecho por una baranda de metal con detalles en madera. En las paredes de las gradas hay varias pinturas realizadas en Haití, y compradas en Republica Dominicana.

Al llegar al segundo piso se ubican 6 puertas, 4 de color blanco y dos de madera para un closet de blancos. Las puertas de la izquierda nos llevan a 2 recamaras completamente idénticas, integran un closet de 4 puertas cada uno. Un cuarto tiene una litera, televisión, infinidad de juguetes y cortinas azules; mientras que el otro una cama matrimonial, mesas de noche y un mueble de televisión. Del lado derecho están las puertas del closet de blancos y además la puerta a mi cuarto. Mi cuarto tiene alrededor de 3 metros de ancho y unos 4 de largo. La televisión sigue siendo el denominador común aunque esta tiene pantalla plana, hay dos computadoras una de escritorio y otra portátil. Una cama más bien imperial y un par de estanterías llenas de libros, cuadernos, papeles viejos y ropa limpia recién lavada.

Si se sale de ese cuarto de la derecha y caminamos con dirección a la derecha entraremos al baño; con azulejos mal escogidos y que no logran cubrir las paredes apropiadamente. Un baño bastante pálido que no invita a quedarse allí mucho tiempo más de lo que se necesita.

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