miércoles, 18 de agosto de 2010

...Y ERA COMIDA CHATARRA.

(Escrito por Dionisio Esteban. Carné 2680385)

18 de agosto de 2010.

Le dije a ella: Hoy te invito a algo sabroso…, aquí en la Universidad venden buena comida y creo que es comida que “no engorda”. Emocionado por su presencia, me sentía con la responsabilidad de ofrecerle algo bueno. Entonces comenzamos a caminar hacia la cafetería y de entradita, una larga fila torcida pero que llegaba al mismo fin, fin al que yo también iba a llegar en algún momento con ella.

Puestos ya en la corriente, entre pláticas y sonrisas sentía que no avanzábamos. Entonces miré a jóvenes de todos tamaños, colores y con algo que me decían que también estudiaban igual que yo en la institución. Grupos de jóvenes conocidos bromeaban, platicaban y también había parejas de novios que iban delante dándose muestras de su amor en público.

Entre tanto, mi amiga y yo seguíamos conversando de temas variados, especialmente sobre qué futuro estábamos pensando para cada quien. De repente le dije: hay algunos que se cuelan y no hacen fila, mira a estos dos; que mala honda. De repente me di cuenta que también estaban unas compañeras de curso más adelante que nosotros. Nos saludamos, nos dijimos sobre las tareas pendientes. Habían llegado al mostrador y pagaron lo que iban a consumir. Me dije, que dichosas. Yo regresé nuevamente hasta más atrás y seguí hablando con mi amiga.

Aunque ya un poco desesperado y creo que ella también por la cola, le empecé a contar de lo que me gusta escribir, lo que me gusta hacer y sobre todo le dije que me gusta mucho la música. Le comenté sobre los tres discos grabados y que le iba a compartir mis canciones. Ella estaba feliz con lo que le había comunicado y yo también porque estaba emocionado por su presencia y por los recuerdos de la infancia. Había pasado ya mucho tiempo y … ¡al fín, llegamos!

Le dije que escogiera lo mejor y pensaba que es satisfactorio dar algo abundante a alguien que se quiere con mucho cariño. Pero mi sorpresa: solo verduras pidió, pero abundante verdura. Yo decía, también hay carne, y buena carne, pero creo que no me oyó. Le dije que escogiera algo más que esto, e incluso le iba explicando las maravillosas cualidades de cada uno de los productos que estaban al frente para ver si se atrevía a pedir algo “mejor”, según mi opinión. Ella dijo que le gustaba lo que había escogido, ya que lo demás no le llamaba la atención porque era COMIDA CHATARRA.

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