miércoles, 25 de agosto de 2010

Qué cola más m%$#%da

Carlos Morales


Un día pesado, luego de un stress horrible en el trabajo y el tráfico de mierda que no cede en ningún momento. Llegar a la primera clase y que esté aburridísima, lo único de lo que tiene ganas uno es de comer algo ya. Por eso al receso salgo disparado a la cafetería, preguntándome que comer, sin encontrar una respuesta rápida. Cuando ya me decidí por Café Gitane me encuentro con una cola excesiva de gente, bueno dispuesto a comer un buen pan y un delicioso café, espero haciendo la cola.
Luego para pasar el tiempo se pone a platicar uno de las vicisitudes de la vida, y a saludar a amigos que hace tiempo no mira uno. La cola se hace un poco amena, pero a la vez el tedio de que ya hay que entrar a la siguiente clase y no hay modo que pueda comer algo. Al fin comienza a caminar un poco más rápido la cola, increíble pero cierto hay que hacer cola para hartarse algo.
Gracias a la eficiencia de algunos empleados que están más cansados que los propios alumnos (creo yo), la cola camina a paso de tortuga, y uno necesitado de tan solo un bocado y un trago de algo, porque no ha almorzado siquiera. Gracias a Dios uno llega a la caja y comienza a ordenar, un pan tradicional, con mayonesa, aguacate, pollo y un café. Lo único que quiero es salir corriendo para la próxima clase porque ya voy tarde. Corriendo comiéndome el pan, casi atragantándome el café casi rebalsándose, y al fin llego a la otra clase un poco antes para comer un poco tranquilo, pero todo por la malditaaaaaa cola.

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