domingo, 8 de agosto de 2010

No es la casa del montón. Stephanie Escriu

Situada arriba de una montaña, un clima un tanto frio y húmedo. Aunque muchos se quejan del tráfico y del clima frio, a mí en lo personal me fascina. El camino es tormentoso si hay tráfico, pero cuando llega uno se siente la calma. Después de varios túmulos se llega a la casa, y es beige con un portón blanco. Entra a la casa y tres perros siempre están en la espera de saludar con el movimiento de sus colas, algunas personas dicen que es por felicidad.

Después de haber entrado al garaje uno sube unas cuantas gradas y están dos puertas, la de servicio y la principal. Después de pasar la puerta de madera hay una sala y un comedor, son muy simples. Frete al comedor hay un jardín en donde los perros pasan la mayor parte del día.

Al lado del comedor esta la cocina, no es muy grande ni muy pequeña, al entrar se siente el calor de las ollas y la comida a punto de ser preparada o en el proceso de preparación. Después esta la lavandería, la cual está caliente también por la ropa que está moviéndose dentro de la máquina. Del lado de la lavandería está el cuarto de servicio, después una pila y otro cuarto con un baño.

En el segundo piso están tres cuartos, el de mi hermana y el mío y el de mis papas. El mío es rosado y tengo un cartón lleno de fotografías con mis amigos y amigas, me gusta mucho observarlas y sentirme con ellos o recordar esos buenos momentos. El de mi hermana es baby blue y tiene dos máquinas para hacer ejercicios aunque es lo que menos hacemos. El de mis papas es amarillo con muebles de madera, es simple y es donde más me gusta recurrir ya que se siente el calor familiar.

En el medio de los cuartos hay un baño el cual utilizamos mi hermana y yo, es un baño de mujeres por lo que hay muchos tratamientos, toallas en rollos en una canasta de madera. Un canasto para la ropa sucia y secadora, plancha y aquellos utensilios para la preparación en las mañanas.

La sala familiar esta en frente tiene una chimenea, la cual cuando es invierno encendemos para calentar el ambiente. Mi casa no es muy grande ni muy pequeña pero es acogedora llena de amor familiar y el amor de Dios en ella.

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